Gert Rijlaarsdam

Tradicionalmente, el dominio de la lengua ha sido la clave del aprendizaje. La comprensión del mundo y de la naturaleza del ser humano construye al alumno a través de textos de todo tipo, desde los puramente informativos hasta los literarios. Compartir este conocimiento con los demás apela de nuevo al dominio de la lengua. Aprender a comprender y aprender a ser comprendido era y es la tarea central de la escolarización. La cuestión es si ese análisis sigue siendo adecuado en el mundo digital actual: ¿es realmente el dominio de la lengua la clave del éxito en la educación, en todas las materias escolares, en todos los sectores? ¿Es la alfabetización digital sustancialmente diferente de la alfabetización? Mi posición en este debate la ilustraré con ejemplos de investigaciones españolas (Barcelona, León, Madrid) en las que participo directa e indirectamente. Para mí, las operaciones cognitivas fundadas en el lenguaje siguen siendo el núcleo de la escolarización, incluso en un contexto muy cambiante. Este contexto se caracteriza por un flujo de información muy grande y desordenado, producido por numerosos intereses ideológicos y comerciales. Pero también se caracteriza por numerosas herramientas digitales que procesan esa información en nuevas integraciones (ChatGPT, Elicit), que requieren que el alumno aprenda a relacionarse con esas producciones.